En tiempos actuales, muchas firmas de abogados que hace unos años tenían relevancia como firmas top, se encuentran en crisis por no haber prevenido y trabajado oportunamente el cambio generacional. Estas firmas se caracterizan por encontrarse en “piloto automático”, a diferencia de las que sí han ido evolucionando en los últimos años gracias al cumplimiento de sus planes estratégicos y trabajo en equipo, lo que incluyó, sin duda, el cambio generacional.

Esta situación generalmente se da porque los socios mayores, los que manejan la firma, no dieron espacio a los socios jóvenes para poder gestionar y refrescar así la cadena de mando en la gestión y el liderazgo de la firma. La zona de confort, como su nombre lo dice, es muy cómoda para los socios mayores y esto es percibido así por los jóvenes. Este tipo de crisis puede convertirse en un gran problema actualmente.

Esta percepción de los jóvenes sobre la zona de confort, genera incomodidad e incertidumbre en ellos y por ello consideramos que no es aceptable por ningún motivo o justificación. Si no se quiere salir de esta zona, puede sonar drástico, pero el socio mayor debe tomar la decisión de dar un paso al costado, retirarse de la firma, y de esta forma, abrir las puertas a una evolución natural generacional que es buena y saludable para los negocios.

Nos explicamos: Las expectativas de un asociado o socio joven no son las mismas que las de un socio mayor. El socio mayor quizás ya logró todo en su vida profesional y se encuentra tranquilo, trabajando por “inercia” y esto se traduce en que no hará esfuerzo alguno para cumplir los objetivos y ejecutar planes estratégicos o de marketing que la firma proyecte; esto , perjudicará la consecución de los objetivos y el lograrlos y la percepción de los jóvenes no cambiará.

Así, cuando se dan este tipo de situaciones, de manera casi unánime todos los jóvenes quieren un “cambio” y además, que este cambio incluya “muchos cambios”. Los socios mayores tienen que mostrar una actitud sincera en cuanto a la apertura a este tan mencionado “cambio”.

Una de las formas de empezar a salir de este tipo de crisis es aprender a ser abogados modernos y dejar en el pasado los buenos tiempos exitosos. Cuando no hacemos un esfuerzo para ser modernos, por lo general se percibirá que la firma es antigua, apolillada o de abogados viejos que no se renovó, y la percepción del mercado es importante.

Hay que entender que los patrones de compra de servicios legales han cambiado; el asesoramiento jurídico tradicional ha pasado de moda y ahora los clientes buscan que además del servicio jurídico, éste venga acompañado de un plus, un valor agregado, algo que haga sentir al cliente que la firma de abogados es su business partner y no alguien lejano con un gran ego que le va a facturar cada minuto que respira.

En definitiva, el entorno económico y las nuevas tecnologías, han cambiado la manera de ejercer la abogacía. Las características de un abogado moderno son las siguientes:

• Sólido conocimiento jurídico.
• Habilidades de gestión y liderazgo.
• Sentido de la innovación y transformación constante.
• Estar al tanto de las nuevas tendencias legales.
• Presencia en redes sociales.
• Tener claro que los clientes ahora tienen acceso a información legal de manera ilimitada y gratis en el internet.

En base a todo esto hay que prestar nuestro servicio legal con un valor agregado. En resumen podemos hacer un comparativo entre cómo se practicaba la abogacía antes y cómo se practica ahora, lejos de la zona de confort.

El pasado	El presente
Placa en la puerta	Redes sociales
Estudio jurídico	Nuevas habilidades a desarrollar
Clientes poco informados de sus problemas	Clientes muy informados de sus problemas
Sin preocupación por la generación del negocio	Sin generación de negocio no hay firma que sobreviva

Si eres un abogado muy bueno, con una capacidad reconocida y tradicional, pero sabes que te encuentras en tu zona de confort es momento que reevalúes si esto le hace bien al despacho en el que trabajas o quizás sea momento de acercarte a la modernidad en la forma cómo se ejerce tu profesión actualmente. Por el contrario si sabes que ejerces el derecho con las características de “El presente” antes detallado, vas por buen camino.